
En una navidad
De los años cincuenta
Cuando tenía apenas nueve añitos
En la casa de los Fariña
En el pueblo de Ituzaingó
Me invitaron a participar de la cena
Y cuando todos fueron a buscar el regalito
Al árbol de navidad
Me quedé sentado solo a la mesa
Y me agarré una garrapiñada
Un pedazo de pollo
Y me los comí mientras lloraba.
Los hermanos Fariña
Eran mis amigos.
Ellos vivían en la esquina de
Blas Parera y 24 de octubre.
Una tarde de verano,
Creo que era navidad,
Nos veníamos empujando con los Fariña
Y así fue como yo encontré en el suelo
Un pan miñón, de esos redonditos,
Y le dí una patada, al miñón.
El mayor de los hermanos Fariña,
De quien me acuerdo la cara
Pero no el nombre,
Me obligó a agacharme,
Agarrándome la cabeza y
Tirándome al piso
Hasta recoger el pan miñón,
Levantarlo del suelo,
Besarlo,
Y ponerlo en el marco de la ventana
De la casa por la cual pasábamos
En ese momento.
Los cuatro hermanos Fariña
Me insultaban.
Los cuatro hermanos Fariña
Me decían que había caído en
Pecado Mortal.
Porque resulta que cuando llorando
Puse el pan miñón en el marco de la ventana
De esa casa por la que pasábamos
Me dijeron que por judío iría al infierno
Por maldecir el pan de dios
Y por maldecir al cielo.
Entonces yo agarré el pan miñón
Lo tire con toda mis fuerzas y el pan miñón
Rodó por la calle 24 de octubre
Fecha en la que se conmemora la batalla de
ITUZAINGO.
Los cuatro hermanos Fariña
Me fajaron de lo lindo
Me dejaron tirado en la calle
Con el tabique de la nariz roto
Y mientras se burlaban
Hablando con todo de judío inmigrante
Me decían a los gritos
Como un coro angelical diabólico
JUDIO DE MIERDA
JUDIO DE MIERDA
JUDIO DE MIERDA.
Quizás por eso
Hasta el día de hoy
No me gusta la navidad.
Por eso no festejo
Por eso me parece falso
Y me parece
Una festividad pagana
Antisemita.
Tampoco festejo
Rosha Shana
Ni ayuno en Yom kipur
Y me cago en las fiestas religiosas.
También me recago en los cohetes
Los rompetoprtones
Y en el vité Thoné
Hecho especialmente para navidad.
A mí lo que me gusta
Es el tango, Leonardo Fabio, Woody Allen
Ingmar Bergman y Myriam Bregman.
No deseo felicidades ni nada eso.
Si por mí fuera,
Los festejos se los pueden meter
En el ORTO.
Marcelo Cosin El poeta rezagado